Diario de una abuela joven

viernes, marzo 04, 2011

Si crees en ti tus ilusiones se pueden cumplir

Nadie ha demostrado ni creo que se pueda demostrar nunca, que alguien pueda hacer algo, lo que sea, sin que antes crea en ello. Es imposible, ¡Inténtalo! Comprobarás que no puedes. Primero necesitarás creer en lo que sea que quieres hacer. Las creencias son las reglas según la cuales vives. Si crees que eres una persona agradable, irás por ahí demostrándolo a todo el mundo. Serás sociable, amigable y se te acercaran personas que corroborarán esa creencia. Para saber lo que cree una persona de sí misma, simplemente fíjate en lo que hace, no tanto en lo que dice creer. Asimismo fíjate en tu propia realidad para saber que creencias guían tu vida. Las creencias las construyes basándote en tu experiencia, lo contrario también es verdad. Lo cual indican que estas se pueden cambiar. De hecho una observación tranquila y relajada a tu propia vida a lo largo del tiempo, te demostrará que en efecto muchas creencias que tenias hace unos años ahora no tienen sentido para ti, han cambiado. Existen tres creencias básicas para conseguir tus objetivos:
Mi objetivo es posible, tengo capacidad para lograrlo y me merezco alcanzarlo.
Así que hay que creer en uno mismo, porque si estos pensamientos fallan no consigues tus objetivos y hay que conseguirlos si no, no somos nada.

jueves, marzo 03, 2011

Lo he leido y me ha gustado

Aprovechar el presente.
Un antiguo proverbio árabe dice. “Lo pasado ha huido lo que esperas está ausente pero el presente es tuyo”. Tal vez vivir el presente significa tomar las riendas de nuestra vida, disfrutando día a día lo que nos acontece.
Una forma de vivir en la que dejamos que todo ocurra a su tiempo, sin abrir constantemente las heridas del ayer ni paralizarnos por lo que tiene que venir.
Recordemos que nosotros estamos aquí y ahora, así que no nos podemos quedar atrás ni adelantarnos. Hagamos un esfuerzo por entender que trasladar nuestros pensamientos al pasado nos sumergirá en la culpa, y llevarlos al futuro a la preocupación. Cada instante, cada minuto cuentan, y deben recibir el valor que les corresponden. Si actuamos con el corazón en lo que realizamos ahora, concentrando toda la fuerza en lo que hacemos en este momento, viviremos plenamente el día a día, y tal vez no nos hará falta recordar ni planificar nada pues el presente nos ofrecerá total plenitud. Dicen que el que pone el mismo entusiasmo en visitar a un amigo, realizar un trabajo, coger el metro o comerse una naranja, ha aprendido la sabiduría de vivir el presente con alegría y entusiasmo.
El presente es la base del futuro, vivámoslo intensamente, para que el futuro sea tan bueno como nosotros deseamos.